Al leer esto, casi seguramente pienses: Yo leo,
trabajo, hago ejercicio y mil cosas más durante el día, así que mi mente
debe estar muy estimulada. Pero la verdad es que la vida de la mayoría
de nosotros se lleva a cabo dentro de una serie de rutinas. Piensa en tu
día o semana promedio. ¿Qué tan diferente es tu rutina de la mañana, tu
ruta hacia el trabajo, la hora en la que comes o que regresas a la
casa? ¿El tiempo que pasas en el auto? ¿El tiempo y los programas que
ves en televisión? las actividades rutinarias son inconscientes, hacen
que el cerebro funcione en piloto automático; requieren un mínimo de
energía y las experiencias pasan por las mismas carreteras neuronales ya
formadas tiempo atrás.
Algunos ejemplos de ejercicios que son aconsejables para nuestro músculo gris:
1. Bañarse con los ojos
cerrados: Sólo con el tacto, localiza las llaves de agua, ajusta la
temperatura del agua, busca el jabón, o el shampoo, etc. Verás cómo tus
manos notarán texturas que nunca antes habías percibido.
2. Usar la mano no dominante:
Come, escribe, abre la pasta dentífrica, lávate los dientes, abre el
cajón con la mano que más trabajo te cueste usar. Péinate, báñate
píntate, aféitate lava los dientes con tu mano no dominante.
3. Lee en voz alta: Se activan distintos circuitos que los que usas para leer en silencio.
4. Cambia tus rutas: Toma diferentes rutas para ir al trabajo, a tu casa.
5. Cambia tus rutinas: Haz
cosas diferentes. Fuérzate a salir, conocer y charlar con personas de
diferentes edades, trabajos e ideologías. Experimenta lo inesperado. Usa
las escaleras en lugar del ascensor. Sal al campo, camínalo, huélelo.
6. Cambia las cosas de lugar:
Al saber dónde está todo, el cerebro ya construyó un mapa. Por ejemplo,
cambia el lugar la papelera; verás la cantidad de veces que tirarás el
papel al viejo lugar.
7. Aprende algo nuevo:
Cualquier cosa puede servir, aprende fotografía, cocina, yoga, estudia
un nuevo idioma. Si te gusta, arma rompecabezas, tápate un ojo para que
pierdas la percepción de la profundidad, por lo que el cerebro tendrá
que confiar en otras vías.
8. Identifica las monedas:
Pon en tu coche una taza con varias monedas diferentes y tenlas a la
mano para que, mientras estás esperando en el semáforo, con los dedos
trates de identificar la denominación de cada una.
9. Cambia de mano: Por ejemplo cambia el ratón de la computadora al lado contrario de donde lo usas comúnmente.
¿Por qué no abrir la mente y probar estos
ejercicios tan sencillos que, de acuerdo a los estudios de Neurobiología
del Duke University Medical Center, amplían nuestra memoria?
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